Al principio de sus andanzas en el mundo de la creatividad, Luis fue profesor de música. Compartía cuentos y canciones propias y ajenas con sus alumnos y sus clases se caracterizaban por ser poco convencionales y eclécticas. Él sabe escuchar a los niños y se vale del sentido del humor para comunicarse con ellos y transmitirles experiencias vitales. Precisamente es ese sentido del humor el que el que le permite tomar distancia con las cosas y ver todo de una manera distinta, que puede convertirse en una mirada panorámica.

Para Pescetti, el lenguaje es un juguete que disfruta cuando juega con las palabras y con el absurdo. ¿Y por qué? Él considera que cuando escribe algo absurdo es porque en la vida pasan cosas absurdas, y cuando escribe rompiendo el lenguaje es porque los chicos escriben rompiendo el lenguaje. Él desea devolverles eso, pero y eso es muy importante: aumentado. Desea mostrarles que el lenguaje es un juguete que se desarma y que siempre es posible armarlo de otra manera. En los dos cuentos que aquí les presentamos: “Lotro dÍa” y “El señor escondido” podrán constatar lo anterior de manera satisfactoria, sin tener la menor duda. Verán la posibilidad de ver situaciones y personajes desde otros ángulos (menos de la manera tradicional) que toma de la vida real, lo vuelca, lo devuelve, lo expresa y ayuda a ponerle palabras; no sólo de lo que sucede, sino también de lo que tenemos miedo o desearíamos que nos pasara.

En su vida profesional, Luis se siente un "nómade por naturaleza", ya que varios meses al año ofrece shows en México —ciudad en la que estuvo residiendo durante diez años—, lo mismo que en otras ciudades latinoamericanas y en España. Sus libros y discos "viajan" de un lugar a otro y se mueven al mismo ritmo que él. Cuentos, canciones, shows, programas de radio y televisión y mucho humor son los puentes que ha construido para llegar a los niños.