“19 de septiembre: La gente corría por las calles, abrazaba a sus seres queridos.
Otros rezaban de rodillas a la puerta de sus casas.
La gente huía, huía sin saber a dónde. Nadie sabía que hacer”.
–Crónicas del periódico Excélsior, 1985.
19 de septiembre de 1985, 7:19 de la mañana, Ciudad de México, un movimiento telúrico de 8.1 grados en la Escala de Richter con duración de dos minutos desnudó la falta de preparación de los capitalinos para enfrentar un cataclismo natural. Ese día marcó a los mexicanos con un evento que es considerado un parteaguas en la historia de nuestro país.
"La desorganización, dada la magnitud del desastre, prevaleció entre las cuadrillas de auxilio". “Embotellamientos impedían paso de unidades de auxilio”. “Los equipos de rescate permanecieron a la expectativa por falta de implementos de trabajo". “La gente deambulaba por las calles en busca a de familiares y amigos”. “Los teléfonos estaban muertos. No había luz ni agua. El tránsito estaba desquiciado”. "Los damnificados son espanto, son lágrimas y lamento en los albergues."
Los acontecimientos señalan que los momentos durante y después del terremoto de 1985 fueron de la tragedia al desastre simplemente porque hasta ese día, no existía en el país un protocolo de seguridad para poner en acción a la protección civil.
El no saber qué hacer por parte de la ciudadanía y de las instancias de gobierno, se convirtió en una situación alarmante porque la ayuda que llegaba del interior del país y de otros países del mundo, se concentraba en las instalaciones de la Cruz Roja Internacional como única institución preparada para atender emergencias; sin embargo, fue rebasada incluso en las tareas de organizar y clasificar víveres y medicamentos en los centros de acopio, que llegaban sin orden y en la mayoría de los casos, caducos o en mal estado. La escasez de herramientas e instrumentación que se requería en las zonas de desastre para realizar acciones de remoción de escombros y rescate de víctimas tampoco fueron suficientes. Hablar de maquinaria o aparatos de salvamento especializado, impensable. En definitiva, se rebasó cualquier posibilidad de realizar el despliegue correcto para brindar atención a las personas de las zonas damnificadas; todo un caos.
Era una realidad, la capital del país no tenía la capacidad para hacer frente al desastre ocasionado por el sismo más devastador en la historia de la Ciudad de México.
La gente no salía aún de la estupefacción cuando escucharon los primeros gritos de los sobrevivientes. "En ese momento, con los primeros vecinos que se aproximaron comenzamos a organizar las tareas de rescate. Fue una situación en la que todo se hacía con mucha voluntad de ayudar, sin mayor experiencia... Todo lo hacíamos a mano", cuanta el médico y dirigente social.
"Eran cientos de vecinos ayudando. Una cosa muy hermosa fue que se formaron cadenas humanas, los que estaban adentro de los escombros llenaban las cubetas para abrir camino a donde se oían las voces y las pasaban de mano en mano. Es increíble, pero media hora después del sismo ya había una organización", prosigue Abarca.
Los voluntarios sacan a muchos de las ruinas. Esa tarde soldados y policías acordonan la zona para evitar el pillaje, pero no intervienen en el auxilio. En contraste, de toda la ciudad llegan a prestar su ayuda. "Una solidaridad bellísima que se mantuvo viva durante toda la emergencia", relata.
Escenas como ésta se repiten en todas las zonas afectadas por el sismo. Desde los primeros minutos, miles de personas se improvisan como brigadistas y arriesgan su vida por gente desconocida. Provenientes de todas las clases sociales suman voluntades y esfuerzos para salvar a los sobrevivientes atrapados en los escombros, habilitan cientos de albergues; reparten alimentos y ropa a las 150 mil personas que de golpe quedaron en la calle por el terremoto. Otros recolectan ayuda, distribuyen agua, insumos, implementos, organizan el tránsito. Profesionistas, trabajadores y estudiantes revisan inmuebles o ayudan a la demolición, previenen epidemias, vacunan, preservan cadáveres, prestan atención psicológica a las víctimas.
En consecuencia, la tragedia hizo que los lineamientos y reglamentos de construcción de México se modificarán; cambiara la cultura cívica y también nacieran instituciones gubernamentales para el resguardo de la Protección Civil del país; como el Sistema Nacional de Protección Civil, que desde su fundación (mayo de 1986) hace 29 años, ha contribuido a generar mejores condiciones para la seguridad de los mexicanos. Mientras que el Centro Nacional de Prevención de Desastres -CENAPRED, se fundó en mayo de 1990 con el objetivo de crear, gestionar y promover políticas públicas para la prevención de desastres y reducción de riesgos a través de la investigación, el desarrollo, aplicación y coordinación de tecnologías; así como impulsar la educación, la capacitación y la difusión de una cultura preventiva y de autoprotección para la población ante la posibilidad de un desastre.
Pero, ¿qué es la Protección Civil? De acuerdo al Manual del SNPC, CENAPRED y CMIC, protección civil se refiere a:
“un concepto de vital importancia que hace referencia a las medidas que debemos tomar en cuenta para protegernos de cualquier tipo de riesgo que se presente en una ciudad tan grande como la nuestra, en nuestra casa, colonia, escuela o trabajo, de modo que son disposiciones y acciones que las autoridades y la población realizan para identificar riesgos, prevenir, saber enfrentarlos cuando se presenten y recuperarse de sus consecuencias en caso de emergencia o desastre, procurando la seguridad y salvaguarda de las personas, sus propiedades y el medio ambiente”.
“Salvaguardar la vida de las personas, sus bienes y el entorno”.
Sus tareas consisten en:
1. Se entiende por organismos de protección civil los establecimientos y otras unidades creados o autorizados por la autoridad competente para realizar cualquiera de las tareas mencionadas, destinados y dedicados exclusivamente al desempeño de esas tareas.
2. Se entiende por personal de organismos de protección civil las personas asignadas exclusivamente al desempeño de las tareas mencionadas, incluido el personal asignado exclusivamente a la administración de esos organismos.
3. Se entiende por material de organismos de protección civil el equipo, los suministros y los medios de transporte utilizados por esos organismos en el desempeño de las tareas mencionadas.
Fuente: Wikipedia, 2018. [en línea] Disponible en https://es.wikipedia.org/wiki/Protecci%C3%B3n_Civil
No es posible modificar los ciclos naturales del planeta; lo que sí podemos hacer es mitigar los riesgos, mantenernos alertas para responder con rapidez, oportunidad y eficiencia ante cualquier contingencia. La Protección Civil se ha convertido en un valioso mecanismo para poner a salvo a miles de vidas, empezando por la nuestra; la clave para lograrlo es la prevención del riesgo, por lo que es necesario facultar a toda la población y a las autoridades en medidas de autoprotección y de adaptación para convivir con los riesgos.
A través del Atlas Nacional de Riesgos es posible analizar el comportamiento geológico de nuestro país y otras regiones del mundo.
Asimismo, un sistema de Protección Civil moderno, ágil y eficiente es aquel que cuenta con protocolos de actuación antes, durante y después de la situación de emergencia; y el que permite garantizar una adecuada coordinación entre los tres niveles y órdenes de Gobierno. Una estrategia integral, una política pública incluyente que atienda y mitigue el riesgo en el que se encuentran muchas zonas y regiones de nuestro país.
Lo que se ha escrito sobre estos acontecimientos, es importante transmitirlo a las nuevas generaciones como parte de la cultura de protección civil, a fin de mantenerlos informados y preparados para saber qué hacer antes, durante y después de que un evento así vuelva a presentarse. Nuestra responsabilidad como ciudadanos, desde los más pequeños hasta las personas de mayor edad, es estar preparados por si se presenta una emergencia.
Razones de sobra para conocer y poner en práctica las recomendaciones que la Secretaría de Protección Civil del Gobierno del Distrito Federal realiza sobre cómo actuar en caso de sismo.
En mayo de 2013, se instaló el Consejo Nacional de Protección Civil como un órgano de consulta y coordinación de la política de Protección Civil, que fomenta la participación responsable del Gobierno y activa de todos los sectores de la sociedad, con el objeto de fortalecer nuestro Sistema Nacional y eficientar sus beneficios a la población mexicana.
32 años después de aquel 19S de 1985, en el año 2017, luego de la ceremonia conmemorativa por el 85´, a las 13:14 hrs, un sismo de 7.2 grados cimbró nuevamente a la Ciudad de México. A diferencia de aquel año, se disparó una alerta sísmica y se efectuaron masivos desalojos organizados siguiendo los protocolos de seguridad y protección civil a nivel nacional; mismos que nacieron de aquel momento donde imperó la desesperación y el desastre. Estas nuevas acciones ciudadanas, permitieron disminuir enormemente los riesgos y evidentemente los daños.
Como si fuera una broma macabra, la Tierra volvió a moverse el 19S.
Como ciudadanos, es importante tomar responsabilidades en cada una de las acciones que se deben seguir para disminuir riesgos y resguardar nuestra vida; por ello, en RedEscolar los invitamos a realizar las diferentes tareas sugeridas para reforzar nuestro compromiso con relación a la Protección Civil.
La ciudadanía en México es un ejemplo de fortaleza, unión y solidaridad; por ello, continuemos sumando esfuerzos para participar de estos programas civiles, nacionales e internacionales a favor de la Protección Civil.
Así es como en RedEscolar rendimos homenaje a todos aquellos hombres y mujeres solidarios y héroes anónimos que desde el día uno, han formado parte de la cultura cívica y la protección civil, impulsados extraordinariamente por los valores humanos de colaboración, ayuda mutua y vocación de servicio.
Transcurridos los años, las cicatrices de los sismos, presentan mejoría; mas, el país se encuentra sobre una zona sísmica y el choque de sus placas nos hace recordar que cada ciudad sigue en riesgo latente.