Barcelona, 23 de septiembre de 1932 − Ciudad de México, 19 de agosto de 2014
La barcelonesa María Vilalta Soteras nació en 1932; hija de los abogados Antonio Vilalta y Vidal y María Soteras Mauri, destacados integrantes del Colegio de Abogados de Barcelona. Su madre fue la primera mujer titulada en derecho por la Universidad de Barcelona y su padre, un notable promotor del Estatuto de autonomía de Cataluña de 1932, y fundador del partido de la izquierda Republicana; por lo que, con el estallido de la Guerra Civil Española (1936), y a causa de sus antecedentes políticos, fue una más de las familias exiliadas, cruzando por Bruselas y Nueva York antes de establecerse en México.
En 1940 sus padres le tramitaron la nacionalidad mexicana. María, llamada cariñosamente Maruxa, cursó su primaria en México y fue estudiante del Liceo Franco Mexicano. Después estudió la carrera de Letras Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, cuyo plan de estudios permite a los estudiantes encauzarse hacia la actuación, la dirección de escena o la escritura de obras dramáticas (dramaturgia); María se inclinó hacia la escritura, tanto de narrativa como de teatro.
El contexto del teatro en México
El siglo XX fue un periodo intenso y brillante para la dramaturgia y la escena mexicana, logrando consolidarse en los años 40 del siglo XX con autores como Julio Jiménez Rueda, Xavier Villaurrutia y Rodolfo Usigli, quienes reflejaron en sus obras su interés por los símbolos, el psicoanálisis y el expresionismo.
En la siguiente generación de los años 50 del siglo pasado se puede mencionar a Luisa Josefina Hernández, Emilio Carballido, Juan Tovar, Sergio Magaña, Héctor Mendoza, Carlos Prieto, Elena Garro y Rafael Bernal; algunos de estos autores tuvieron la oportunidad de ampliar su campo de acción como guionistas para el cine y la naciente televisión. En este contexto, en los años 60 se encuentran dos autores que nacieron en el extranjero, pero desarrollaron su creación dramática en México, ellos fueron el chileno Alejandro Jodorowsky y la misma Maruxa Vilalta.
Se puede decir que Maruxa se inscribe completamente en la tradición y la evolución del teatro mexicano. Previamente hubo autoras como Teresa Parías de Isassi, Amalia Castillo Ledón y Concepción Sada, que en su teatro trataban las preocupaciones de las mujeres tradicionales y hogareñas, respecto a los hijos y el matrimonio; por su parte, Luisa Josefina Hernández introdujo nuevos temas y preocupaciones en sus obras hasta llegar al teatro de Elena Garro con influencias surrealistas, y el de Maruxa Vilalta, que tuvo influencias del teatro existencialista del francés Jean Paul Sartre, el surrealismo, el teatro del absurdo y el teatro dialéctico de Bertolt Brecht, entre otras, que le sirvieron para poner de manifiesto una de las propuestas más interesantes del teatro joven de los años 60 y 70.
Su mirada crítica abarcó desde el aislamiento, la angustia y la soledad de los individuos en las sociedades modernas hasta la denuncia de la corrupción, los vicios de la política y la injusticia social; para lo cual utilizó los recursos dramáticos y enfoques más vanguardistas del momento. En otra etapa, también exploró la naturaleza humana de algunas figuras religiosas y escribió sobre los cambios sociales que observaba; entre sus autores favoritos estaban Jean Anouilh, Albert Husson, Peter Ustinov, Ira Wallach, Gabriel Arout y Antón Chéjov.
Las primeras obras de Vilalta desconcertaron al público más tradicional, pero los especialistas y críticos se empezaron a interesar en su trabajo. Pronto cosecharía numerosos premios y llenaría las salas de teatro. No sólo destacó en México, sino que tuvo lectores y representaciones de sus obras en América Latina, Estados Unidos y Europa.
Entre sus obras dramáticas podemos encontrar:
Los desorientados, (1960); Un país feliz, (1964); Soliloquio del tiempo, (1964); Un día loco, (1964); La última letra, (1964). El 9, (1965); Cuestión de narices, (1966); Esta noche juntos, amándonos tanto; (1970). Nada como el piso 16, (1976); Historia de él, (1978). Una mujer, dos hombres y un balazo (1981), obra que contiene cuatro historias diferentes: “En Las Lomas, esa noche”, “El té de los señores Mercier”, “El barco ebrio” (que es homenaje al poeta francés Rimbaud) y “Archie & Bonnie”. Pequeña historia de horror (y de amor desenfrenado), (1985); Una voz en el desierto. Vida de San Jerónimo, (1991). Francisco de Asís, (1992). Jesucristo entre nosotros, (1994); Ignacio y los jesuitas, (1997). 1 9 1 0, (2000); obra dedicada a la Revolución Mexicana; Con vista a la bahía, (2007).
Para saber más
Si desean conocer más sobre esta autora, pueden visitar el blog de Maruxa Vilalta, con datos biográficos, testimonios de la dramaturga, así como análisis y reseñas de sus obras.
Para conocer un poco de sus obras dramáticas, pueden escuchar una serie de audios de Maruxa Vilalta leyendo fragmentos de sus obras, provenientes de la “Antología de teatro. Voz Viva de México”, editada por la UNAM en 2002.
Una de sus obras más conocidas es: “Esta noche juntos, amándonos tanto”, en la que trata el problema de la soledad, la desconfianza y el egoísmo en la sociedad moderna, mostrando la vida de Casimiro y Rosalía, una pareja madura que vive aislada de la sociedad, que no soportan a nadie del exterior pero tampoco se comprenden ni se quieren entre ellos.
Datos curiosos
Una historia en cuadros dramáticos
Maruxa Vilalta fue una de las dramaturgas más vanguardistas de su momento, y usaba todos los recursos que le daba la técnica dramática. Una de sus obras más interesantes desde el punto de vista estructural es la que dedicó a la Revolución mexicana, que tituló simplemente “1910”.
Como la intención era transmitir el proceso social a través de muchos personajes y situaciones como sucede en una gran pintura mural, Maruxa Vilalta decidió usar una estructura de 18 cuadros. Pero ¿qué es un cuadro?
Una “booktuber” antes de internet
Una de las actividades favoritas de Maruxa Vilalta era compartir su pasión por la literatura con otras personas, en cápsulas televisivas de unos cuantos minutos, que anticipaban, sin que ella lo supiera, el estilo de los actuales reseñistas de libros llamados “booktubers”.
Aunque, desafortunadamente, ese material no está disponible en Internet, algunas personas, como Itzel Lazarín lo recuerdan y se han inspirado en el estilo de Maruxa para hacer sus recomendaciones.
Sugerencias didácticas
• Después de revisar la información sobre la vida y obra de la escritora y guionista Maruxa, invitamos a docentes, estudiantes y familiares a realizar las siguientes actividades lúdico-didácticas:
• Escuchen algunos cuadros de la obra “1910”, de Maruxa Vilalta.
• A partir de lo que han escuchado, les pedimos responder las siguientes preguntas:
-
- ¿Qué imaginaron al escuchar a la autora?
- ¿Han presenciado o sabido de algún acontecimiento que pudiera contarse por medio de cuadros?
• Seleccionen un evento vivido por varias personas: una celebración, una fiesta, una manifestación, un concierto o evento deportivo. También pueden ser eventos como sismos o huracanes.
• Imaginen qué personajes pudo haber y qué situaciones diferentes se daban al mismo tiempo.
• Formen equipos para que cada integrante escriba un breve diálogo con personajes que vivieron el acontecimiento. Después, ordenen con ayuda de su docente para formar su propia obra en cuadros dramáticos.
• Por otro lado, escuchen la presentación de “Proyecto Maruxa”, en la que Itzel Lazarín habla de la influencia de Maruxa Vilalta.
• Después, escuchen la reseña del libro: “Trece latas de atún”, de Amanda Escalante.
• Seleccionen un libro, película o video que les guste y escriban una breve reseña para recomendarlo, con un máximo de media cuartilla de extensión.
• Si tienen la posibilidad, graben su reseña con ayuda de alguna herramienta como Audacity o Soundcloud.
• Finalmente, recuerden que podrán compartir sus producciones, evidencias de trabajo, aportes y reflexiones relacionados con el logro de sus aprendizajes en nuestra red social Facebook; o a través del correo electrónico: redescolar@ilce.edu.mx.