Uno de los principales problemas en las Escuelas Normales es la planta de docentes que participa en la formación de las nuevas generaciones de docentes, la forma en que se han incorporado a este nivel no ha sido por méritos académicos, sino por relaciones con las personas que pueden incidir en la toma de decisiones y que detentan diferentes niveles de poder, ya sea desde contar con familiares que ya trabajan en la Normal, hasta recomendaciones de funcionarios públicos. Esto aunado a que los grados académicos de maestría y doctorado son obtenidos de escuelas particulares de dudosa calidad académica, ha generado una planta docente deficiente con escasas habilidades y limitadas competencias para incorporarse a las funciones no sólo de docencia, sino también de investigación y de promoción y divulgación cultural.